DISFEMIA

 Puede que cuando has leído esta palabra no te haya resulta conocida o familiar, sin embargo, si hubiera dicho “tartamudo” probablemente ya se te hubiera venido alguna cosa a la cabeza. Efectivamente, hoy vamos a hablar sobre la disfemia y cómo afecta en la vida escolar de los niños y jóvenes.

Para comenzar, vamos a asegurarnos de que todos sabemos qué significa esto. La disfemia es un trastorno de la fluidez del habla en el que la persona experimenta dificultades para producir sonidos o palabras de manera fluida y coherente. Esto se manifiesta a través de interrupciones en el habla, repeticiones de sonidos o palabras, bloqueos en la emisión del sonido o prolongación excesiva de sonidos. Este trastorno  lógicamente afecta a las personas en su día a día y debemos pensar cómo lo hace en un aula para así poder adelantarnos a los futuros baches que se pueda encontrar. 

El primer hándicap lo tendrá a la hora de la comunicación y participación en alto. Algunas personas con este problema pueden sentir ansiedad de hablar en público, esto puede limitar su participación en debates, presentaciones y respuestas a preguntas del profesor.

Otro de los temas que debemos tener en cuenta es que probablemente su autoestima y confianza se vea minada por la disfemia. El miedo al ridículo o a ser juzgado por otros puede llevar a una disminución de la autoestima, lo que a su vez puede afectar su motivación y su disposición para participar en actividades del instituto.

Debemos conocer también las dificultades que puedan tener estas personas en la velocidad de procesamiento. Esto puede influir de manera directa en el rendimiento académico porque si los exámenes no están adaptados podría afectar su capacidad para completar tareas escritas dentro del tiempo asignado. 

La disfemia puede afectar de una manera muy directa en la interacción social del estudiante en el entorno educativo. Pueden sentirse excluidos o evitar situaciones sociales, lo que podría limitar su participación en actividades extracurriculares, grupos de estudio y en las relaciones con sus compañeros.

Todas estas afirmaciones son en realidad tratables con el alumno ya que nuestro fin debe ser siempre proporcionarle lo mejor de nosotros mismos y convertir esa diversidad en una desventaja lo más reducida posible para así dejar que el joven pueda alcanzar sus objetivos académicos. Hay muchas formas de ayudar a estos jóvenes, la primera es precisamente la que pretendo con esta entrada de blog: Es importante que los docentes y el personal escolar estén informados sobre la disfemia, sus características y cómo afecta al niño.

Hay que tener en cuenta que la prevalencia de la disfemia puede variar significativamente en diferentes poblaciones y regiones. Pero según la Asociación Americana del Habla-Lenguaje-Hearing (ASHA), aproximadamente el 1% de la población mundial experimenta tartamudez en algún momento de sus vidas. Es importante destacar también que la disfemia puede manifestarse en personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos. La mayoría de los casos de tartamudez se desarrollan en la infancia, generalmente entre los 2 y 7 años, y algunos niños lo superan con el tiempo, especialmente con una intervención temprana y ajustada.

Para terminar, os quiero recomendar algo: ved la película “EL discurso del rey”. Si es la primera vez, disfrutadla mucho, por su banda sonora, su profundidad, su humor o simplemente porque la actuación de Colin Firth es para deleitarse. Si no es la primera vez, entonces poneos en la piel de ese rey, poneos en la piel de ese niño que quiere y no puede, que solo encuentra trabas y se frustra cada vez que quiere alzar la voz. Y la siguiente vez que hables con una persona con disfemia, otórgales su tiempo, no les hagas sentir diferentes, no acabes sus frases ni seas tan impaciente, simplemente, no seas un imbécil.

El tacto de Ribera, 1623