VUELA PAJARITO

Situado en la localidad de Caldelas de Tuy, en la provincia de Pontevedra, El Pelouro (O Pelouro, en gallego) constituye una institución educativa fundada por Teresa Ubeira y Juan Rodríguez de Llauder. A partir de 1973, este centro educativo ha forjado una sólida reputación como pionero en el ámbito de la innovación psicopedagógica e integración. Se distingue por su arraigado compromiso con el principio de inclusión, lo cual se manifiesta en la práctica de la coeducación, propiciando un entorno donde coexisten estudiantes con y sin necesidades educativas especiales.


A diferencia de la mayoría de las escuelas que aún no logran una integración completa de estudiantes con necesidades especiales, El Pelouro se destaca por ser un ejemplo de auténtica inclusión. Ofrecen niveles de escolarización en educación infantil (dos unidades), educación primaria (cuatro unidades), educación secundaria (dos unidades) y un ámbito de competencia interactiva, intersectiva y de integración integral (nueve unidades).

Este centro abraza y valora las diferencias, convirtiéndolas en un activo tanto para el individuo como para la comunidad educativa en su conjunto. Según sus valores y objetivos, en El Pelouro la inclusión va más allá de una mera práctica; es un compromiso sólido con la diversidad y el respeto a la singularidad de cada estudiante.


¿Qué metodología utilizan?


La jornada comienza con la asamblea, es aquí donde se deciden las actividades o proyectos de la jornada. Cada niño resuelve por sí mismo lo que quiere trabajar ese día con las sugerencias que le hace el profesor, con el objetivo de enlazar y profundizar en los conocimientos.

El alumno es el agente activo de su propio proceso de aprendizaje, descubriendo y construyendo.

En El Pelouro no existen las aulas ni los libros de texto, son los alumnos los que elaboran monográficos que les ayudan a ellos y a otros alumnos a profundizar más en los conocimientos.

Siempre se trabaja a través de dinámicas de grupo, de forma interdisciplinar, en función de las motivaciones y centros de interés de los chicos y las chicas, eliminando los horarios, las asignaturas, los grupos y las actividades fijas, ya que toda planificación está en función de los deseos, necesidades, intereses y curiosidades del alumnado manifestados en la asamblea.

Conecta el saber, con las preocupaciones, con la vida cotidiana, el conocimiento con la práctica, con el objetivo de que las experiencias tengan sentido. Los resultados de la jornada de trabajo son expuestos al final de esta para enriquecer a todo el grupo.

Con esta metodología lo que se consigue es que el alumno construya su propio aprendizaje, gracias a la interacción con los demás, enlazando lo nuevo con los conocimientos previos constituyendo así un aprendizaje significativo.

Ellos mismos describen su forma de aprendizaje inclusivo con esta frase:

 

Ni pronósticos ni diagnósticos: en O Pelouro estamos atentos a los picotazos en el cristal. Se trata de estar atentos a cómo el pajarito pica en el cristal para abrirle la ventana y que vuele, antes que lo rompa.


En conclusión, El Pelouro representa un ejemplo de cómo se puede llevar a la práctica una verdadera educación inclusiva e integral para los niños. Debemos entender que hay tantos modos de educación y tantas formas de adaptarse a los alumnos como niños en el mundo y hay que dar voz a aquellas personas que creen que las cosas pueden hacerse de otro modo. 

 

Grazas O Pelouro, o teu traballo mellora o mundo.


Gato y pájaro de Paul Klee, 1928








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